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oskar burinot

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Esto ocurrió hace ya unos años. Cuando tenía 20 años. Mis padres se habían ido de fin de semana y nos habían dejado en casa a mi hermano y a mí. Él tenía 18 años. Era moreno y bastante alto. Nos quedábamos habitualmente en casa solos y cada uno hacíamos nuestros planes ese fin de semana. Él solía quedar con sus amigos, y yo con las mías. Como la casa era grande. No teníamos problemas de espacio.

Era viernes por la noche. Yo invité a dos amigas mías a que vinieran a casa. Pediríamos comida y nos tomaríamos unas cervezas. Se trajeron ropa para salir, porque teníamos pensado dar una vuelta más tarde.

Mi hermano había invitado a tres amigos, eran más o menos de su edad me parece, o al menos, lo aparentaban.

Nosotras nos quedamos en el salón, ellos mientras estaban en el cuarto jugando a la consola y bebiéndose algunas cervezas. Nos pusimos a cenar y a contarnos que tal nos había ido en los meses que no nos habíamos visto. Verónica me contó que había tenido un rollo con un chico marroquí, que estaba enganchada al sexo con él, y nos dijo que si queríamos detalles. Nosotras le dijimos que si, teníamos curiosidad por los detalles…

Nos comentó que lo había conocido un día de fiesta, que el chico se acercó mientras estaba bailando, se pegó a su espalda y comenzó a restregarle su polla contra su culo. Ella llevaba una falda bastante corta que se levantaba bastante con el movimiento. El chico se le acercaba lo suficiente para rozarle por debajo de la falda y comenzó a sobarle el coño. Ella estaba empapada. Estaban en un rincón de la discoteca y el aprovechó esto. La puso contra la pared. Ella abrió las piernas y el chico comenzó a meterle la mano por debajo de la falda. Le retiró el tanga y le puso los dos dedos a la entrada del coño. Notó como estaba empapada y le metió los dedos dentro. Comenzó a moverlos dentro y a frotárselos. Mientras, se comían la boca apasionadamente. Ella nos contó que notaba que él tenía que follar bien, nada más de cómo le había metido los dedos y cómo los había movido, dice que se notaba que esa noche iba a ser larga.

Se fueron a su piso, en el ascensor, él la puso contra la pared, le abrió las piernas, la agachó un poco y la embistió. Ella dice que no había probado una polla tan grande en su vida, que notó como las venas le iban rozando el coño. La folló a lo bestia en el ascensor. Cuando llegaron al descansillo, la sacó del ascensor en volandas, sin sacarle la polla de dentro. La apoyó en las escaleras y siguió follándosela en el descansillo. Le dio la vuelta, la cogió a horcajadas, se la metió y la llevó así a su piso. Entraron en su cuarto y dice que estuvieron dos horas follando. Hasta que él la puso de rodillas, le escupió en la cara y se le corrió encima. Ella le abrió la boca y le cayó todo dentro. La abrió y le enseñó lo que le había caído.

Me sorprendió un relato tan detallado, puesto que mi amiga no solía hablar de estos temas tan detalladamente, así que asumí que le había gustado tanto que tenía la necesidad imperiosa de contárnoslo. Creo que en su sinceridad tenía algo que ver las cervezas que nos estábamos tomando y los chupitos de vodka.

Seguíamos hablando y contándonos cosas cuando mi hermano se acercó al salón con sus amigos. En un día normal no me habría hecho mucha gracia que se sentasen allí con nosotras, pero ese día no me molestó.

Se pusieron a hablar con nosotras de sexo. Se me hacía raro ver a mi hermano hablando tan libremente de a cuantas tías se había follado y lo que le habían hecho con ellas. Reconozco que me estaba poniendo cachonda de oírlo. Sus amigos le recordaban algunas historias, de cómo se había follado a una en los servicios del instituto hacía dos años. De cómo se la había metido en el culo a otra y se lo había desgarrado. Uno de los amigos miró a mis amigas y les dijo: ¿sabéis como la tiene de grande Mario? Yo me empecé a reír, porque pensaba que era una de las vaciladas más típicas de los tíos. Mis amigas también se rieron, sobretodo Verónica, que después de haber probado al marroquí pensaba que no las había más grandes.

Seguíamos riéndonos, cuando mis amigas, que no las había visto así de borrachas y de cachondas en mi vida, le dijeron a mi hermano: “Venga Mario, ¡enséñanosla!, vamos a ver si mientes o no mientes”. Los amigos de mi hermano se sonrieron y les dijeron a mis amigas: “¿estáis seguras?, cuando la veáis vais a querer probarla”. Ellas les dijeron que si. Yo estaba allí callada, esperando. Les dije que mi hermano no se la iba a sacar allí delante de mí.

No había terminado de decir la frase cuando vi como mi hermano se estaba sacando la polla del pantalón. No pude decir nada. Mis amigas se limitaron a mirarla fijamente. Estaba a medio empalmar y se le veía una polla grandísima. Ellas me miraron y una de ellas me dijo: “perdona tía.” Se agachó y comenzó a lamerle los huevos a mi hermano. Delante de mí. Los amigos me miraron y se comenzaron a reír y me dijeron: “ponte cómoda”. Mi amiga se puso a lamerle los huevos muy despacito a mi hermano. Sin parar de mirarlo. Yo me estaba poniendo cachonda. Subió por la polla y comenzó a lamerle el capullo. Se la metió hasta la garganta, pero casi vomita. Se le saltaron las lágrimas. La polla creció un poco más todavía.

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Ella seguía chupándosela. Mi otra amiga me miraba al principio por vergüenza, al ratito le dije: “venga, que no te de corte, ve y chupa tú también”. Ella se levantó del sofá y comenzó a lamerle la polla cuando la otra descansaba. Mi hermano le cogió de la cabeza, primero a una y luego a otra e iba alternando las chupadas.

Los amigos de mi hermano se pusieron cada uno a un lado, y comenzaron a sobarme. Me miró uno de ellos y me dijo “estas chorreando puta”. Me metió los dedos hasta el fondo mientras yo miraba como se la estaban comiendo a mi hermano. Se me acercó a la oreja y me dijo: “sé que estás deseando comerte la polla de tu hermano también. Levántate, agáchate y cómesela puta”. Yo le dije que no. Me agarró del pelo y me llevó hasta donde estaban mis amigas. Me puso allí de rodillas. Me escupió en la cara y me dijo: “abre la boca zorra”. La abrí y dijo: “Mario, fóllale la boca”.

Mi hermano sin pensárselo me la metió en la boca y comencé a chupársela. No había tenido una polla tan grande en mi boca nunca. Me la intentaba meter más adentro pero se me saltaban las lágrimas. Me cogió de la cara y comenzó a mover las caderas, follándome la boca mientras todos nos estaban mirando. Se habían sentado en el sillón y nos miraban. Cuando llevaba un rato comiéndole la polla, me levantó. Me apoyó en la mesa y me dijo: “abre las piernas hermanita”. Abrí las piernas sin pensármelo y me metió la polla de golpe en el coño. Me dolió un poco, pero ya me daba igual. Mi hermano me estaba follando delante de sus amigos y de mis amigas. Yo estaba muy cachonda, demasiado. Uno de los amigos de mi hermano se levantó, se sacó la polla. Mi hermano me cogió, me separó de la mesa y me dijo: “abre la boca nena”, abrí la boca y su amigo comenzó a meterme la polla en mi boca muy despacito. Mi hermano me estaba follando a lo bestia y tenía ganas de comerle la polla a lo bestia también, pero no me dejaba, lo que me ponía más cachonda aún.

Una de mis amigas se acercó y me dijo: “nena, ¿no quieres por el culo?”. Se acercó a mi culo, quitó a mi hermano un momento y comenzó a comérmelo. Me metió la lengua dentro y comenzó a lamérmelo poquito a poco, mmmm…dios…me encantaba. Todavía me bombeaba el coño y estaba súper cachonda. Mi hermano lo sabía, la quitó y dijo: “ya es suficiente”. Se agachó él y comenzó a lamerme él el coño. Desde el coño subió al culo dándome lametazos. Yo mientras miraba a sus amigos y mis amigas que se estaban tocando entre ellos mientras nos miraban.

Mi hermano se puso detrás. Me puso la polla a la entrada del culo. Me abrió los cachetes, y me la empezó a meter despacito. La tenía muy gorda y no entraba. Me escupió en el culo y entró. Me dijo “no veas si lo tienes dilatado hermanita”….sonrió y comenzó a follarme el culo. Yo notaba las venas perfectamente en el culo. Nunca me habían metido una polla tan grande por el culo y sentía entre una mezcla de dolor y placer. Me arqueaba mientras me la metía. Me tenía agarrada de la cintura y me follaba sin parar. Me estaban temblando las piernas y no podía más. Me iba a correr. Me sobó el coño y empezó a frotarme. Tuve la mayor corrida que yo recordaba hasta aquel entonces. Me sacó la polla y me la metió mientras me estaba corriendo. Me seguía follando el coño y yo estaba a punto de desmayarme. Me quedé tirada en el suelo. Pero pude ver como mis amigas se levantaban del sillón y apoyaban en la mesa donde yo había estado apoyada. Abrieron sus piernas y dijeron: “haznos lo mismo a nosotras”. Yo sonreí y les dije: “os vais a marear”.

Me senté en el sillón a ver como mi hermanito se follaba a dos de mis amigas delante de mí. Tenía dos coños y dos culos para él solito. Sus amigos se pajeaban mientras veían la escena. Ya se habían corrido una vez. Lo vi mientras me estaba follando a mí. Mis amigas les habían hecho una mamada a cada uno, porque estaban a punto de correrse y ellas querían un poco de leche…

Mi hermano comenzó a follar a una de mis amigas por el coño. Con la otra mano sobaba a la otra. Ellas se estaban comiendo la boca entre ellas. Se la metía por el coño, con una mano le sobaba el clítoris y con la otra mano, sobaba a la que no se estaba follando. Yo estaba alucinada de cómo, con 18 años tenía semejante experiencia. Porque lo hacía todo sin que nadie le dijese nada. Directamente cogía y se las follaba como si llevase haciendo eso toda la vida.

Iba alternando el coño de mis amigas. Dos embestidas a una, dos a otra… les tiraba del pelo, les escupía, les decía “putas”…yo me estaba poniendo cachonda otra vez, y los amigos de mi hermano estaban ahí para satisfacerme a mí. Les pidiera lo que les pidiera estaba seguro que lo iban a hacer. Uno de ellos se puso de rodillas delante de mi coño. Me abrió las piernas y comenzó a comerme el coño. El otro me chupaba las tetas y me las mordía. Mientras mi hermano seguía follándose a mis amigas.

De repente cogió a una, y sin dilatarle el culo ni nada, le escupió y la embistió por el culo. Ella pegó un alarido de dolor, él aflojó y se la folló despacito por el culo pero le seguía doliendo. Le cogió la cabeza a mi otra amiga y la obligó a comerle el culo a mi amiga para dilatárselo un poco. Cuando se lo había dilatado. La quitó, y siguió follándole el culo. La otra quería también. Mi hermano le dijo a uno de los amigos, al que no me estaba comiendo el coño: “dilátale el culo a la puta esta”. Él se lo dilató. Mi hermano le sacó la polla del culo a mi amiga y se lo metió a la otra. El amigo de mi hermano, comenzó a follarse a la que estaba libre. Estábamos todos ya ocupados. El amigo de mi hermano que llevaba viendo ya todo desde el principio no pudo más y se corrió dentro del culo de mi amiga. Antes le avisó: “te voy a llenar el culito de leche”…ella pegó un grito y se corrió al oír eso.

Mi hermano puso de rodillas a mi amiga, la otra hizo lo mismo. Abrieron la boca las dos y empezaron a llenarse con la corrida de mi hermano. Se la echó en la cara. Mientras abrían la boca. Les cayó casi todo en la cara. Me seguían comiendo el coño, estaba a punto de correrme, pero no lo hice hasta que no vi cómo mis amigas se lamían la corrida de mi hermano.

Nos vestimos todos y cada uno nos fuimos a un cuarto. Mi hermano y sus amigos al suyo, y mis amigas y yo al mío. Jamás volvimos a hablar de lo que pasó esa noche.